sábado, 15 de agosto de 2020

Volver a nacer (epílogo)

Han pasado ya dos semanas desde que mi mujer y yo aterrizamos en Viena y todavía nos sentimos como en una especie de nube por todo el cambio que está suponiendo. Estos últimos 5 meses de pandemia, confinamiento, toques de queda y restricciones varias en Kuwait no han sido fáciles, aunque, al final, hemos resistido pacientemente hasta llegar a una meta que difícilmente podríamos imaginar hace tan solo un mes. Estaba claro que yo llegaría a Viena de todas formas, pero no contaba con que mi esposa lo pudiera lograr al mismo tiempo que yo y, así, seguir estando juntos en estos tiempos tan inciertos. Sirva esta entrada para resumir cómo ha sido tanto la salida de Kuwait como la llegada a Viena y, también, como cierre de este blog que he venido manteniendo desde 2017.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En principio mi mujer tenía pensado viajar primero a su país, Tailandia, y más adelante, una vez tramitado el visado Schengen de turista allí, reunirse conmigo en Viena y solicitar, posteriormente, un permiso de residencia. Sin embargo, viendo que las autoridades tailandesas no facilitaban la entrada al país ni siquiera a sus nacionales (ella podría estar todavía esperando en Kuwait un vuelo de repatriación), decidimos que lo mejor sería intentar reconocer finalmente nuestro matrimonio en la embajada española en Kuwait (algo que veníamos intentando desde hace tiempo) y después tramitar un visado para ella en la embajada de Austria. Lo primero nos llevó una semana, entre visitas a ministerios, sellados y traducciones, pero lo del visado austriaco fue imposible. Donde sí tramitaban visados familiares era en la embajada de España, que agilizó todo el proceso y nos ayudó a conseguir los documentos por los que en este momento estamos los dos aquí juntos: libro de familia y consecuente visado familiar.

No sé si alguien de la embajada leerá esto, pero desde aquí os mandamos nuestro más sincero agradecimiento por la ayuda prestada.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ahora bien, mi mujer solo podía entrar a Europa por España, por lo que cambié mis planes de vuelo y decidimos volar de Kuwait a Madrid y luego, al día siguiente, a Viena. Todavía nos quedaba por saber si podríamos salir de Kuwait sin necesidad de realizar un test PCR, cosa que fue posible ya que España no pedía ese requisito. No estábamos seguros de si en Austria lo requerirían, pero, aun así lo intentamos y, al día siguiente de aterrizar en Barajas, estábamos en otro avión con destino a Viena, donde nos dejaron entrar sin ningún impedimento. De todas maneras, al llegar aquí decidimos hacernos un test de COVID, por pura responsabilidad tanto personal como social, en el que dimos negativo. Lo habíamos conseguido, estábamos los dos en Viena, sanos y salvos, dando un refrescante paseo a la orilla del Danubio.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Os podéis imaginar las primeras sensaciones al llegar, era casi como una vuelta a la vida después de todo lo experimentado en los últimos meses. Por fin podíamos salir a cualquier lado, ya sea caminando por aceras o usando un transporte público en condiciones, pudiendo abrazarnos y darnos un beso en espacios públicos sin que nadie nos mire mal y, sobre todo, sin asarnos de calor. La temperatura máxima por aquí estos días es de 31 grados, todo un alivio. Los parques están abiertos al igual que los bares, cafeterías y otros lugares de ocio. La única medida aparente en relación al COVID es el uso obligatorio de mascarillas en los transportes públicos y dentro de los comercios. Por lo demás, vamos por ahí con la sensación de que estamos en plena normalidad, a pesar de que los nuevos positivos siguen subiendo diariamente de nuevo por estas tierras.

Con todo lo que conlleva el proceso de asentamiento en un nuevo país, apenas he tenido tiempo hasta ahora de analizar y reflexionar sobre lo que han supuesto para mí estos tres años en Kuwait. Como creo que ya he dicho alguna vez que otra, ha sido una etapa de crecimiento tanto en el plano personal como laboral. He tenido la suerte de encontrar a personas maravillosas, entre ellas la mujer con la que sigo haciendo posible los sueños. He continuado aprendiendo y fortaleciéndome como en cada una de mis anteriores experiencias en el extranjero. Ha habido también momentos difíciles, sobre todo al inicio, en los que casi tiro la toalla, pero, por fortuna, al final siempre he podido encontrar razones para seguir adelante en este país. 
 
Para terminar, quisiera expresar mi más sincero agradecimiento a todas esas personas que me he encontrado en esta etapa y con las que he vivido tantos grandes momentos por haber estado ahí, siempre apoyándonos hasta el final. No me he podido despedir en las condiciones que me hubiera gustado de todo el mundo, pero espero que en el futuro volvamos a tener la oportunidad de vernos y disfrutar de un buen rato de nuevo todos juntos. Avisadme si algún día pasáis por Viena, aquí estamos para lo que os haga falta. 
 
Muchas gracias también a toda la gente que se ha pasado alguna vez por este diario de bitácora y nos ha mostrado su apoyo de una u otra manera. Muchos ánimos allá donde estéis.

 

Continúa en: https://vienavenidos.blogspot.com/

lunes, 6 de julio de 2020

Sprint final


Tras 3 años en Kuwait, y un periodo de confinamiento en el que llevo desde marzo sin saber lo que es ir a algún sitio que no sea un supermercado o una farmacia, me cuesta todavía creer que en menos de un mes estaré fuera de aquí y volviendo a hacer una vida algo más cercana a lo normal. Si nada se tuerce y no hay imprevistos de última hora, el 1 de agosto me montaré en un avión rumbo a Viena, donde mi mujer y yo empezaremos una nueva etapa en nuestras vidas. Ella tendrá que viajar antes a Tailandia y se reunirá conmigo más adelante, pero esperamos que no tengamos que esperar mucho. Entramos pues en un periodo de cierto estrés por el tema del cambio de país aunque también de excitación al pensar en lo que está por venir.



Antes de irnos, todavía nos quedan algunos temas pendientes, como empaquetar lo que queremos enviar a Austria, donar algunas cosas, y dejar cerradas un par de cuestiones burocráticas. Y, por supuesto, nos gustaría tener la oportunidad de poder despedirnos en persona de la gente con la que hemos pasado los mejores momentos aquí y han hecho que la experiencia en este país merezca la pena. Ya veremos cómo nos averiguamos vistas las circunstancias, pero algo haremos. No concibo irme de aquí sin un último rato juntos.



















Aunque nuestra cabeza está ya más pendiente de la salida que de lo que ocurre aquí, seguimos prestando atención a la situación de la pandemia en Kuwait ya que nuestras acciones y planes futuros se van a ver condicionados por cómo se vaya desarrollando. Hace unos días entramos ya en la fase 2 donde lo más significativo ha sido la reapertura de los grandes centros comerciales aunque con grandes medidas de seguridad y con restaurantes y cafeterías todavía cerradas. También han vuelto a abrir las oficinas públicas y los ministerios con un 30% de su personal. El toque de queda se mantiene aunque la franja horaria ha disminuido (de 8 de la tarde a 5 de la mañana).

Aquí un video del canal "Kuwait up to date" con algunos momentos del primer día en el Avenues, el "mall" de Kuwait por excelencia, tras más de 3 meses cerrado.


En cuanto a los últimos datos, parece que hemos vuelto a una tendencia descendente de casos diarios mientras que los recuperados se mantienen en una media alta, lo que ha llevado el porcentaje de casos activos a bajar hasta un 18 % . Al contrario de lo que se temía en un principio, la relajación de medidas no ha provocado que se vuelvan a disparar los contagios aunque, al ritmo que vamos, me da a mí que van a tener que pasar unas cuantas semanas más para que la situación aquí se estabilice.



A pesar de la manera en la que estoy cerrando mi etapa en Kuwait, no quiero que la pandemia empañe los buenos recuerdos de mi estancia aquí y todo lo aprendido, más allá de la lengua árabe, la cultura local o los viajes por algunas zonas de Oriente Medio que he podido hacer. Ha sido un periodo clave en mi vida por muchos motivos y en estos tres años he conseguido logros a nivel profesional que hace cinco años no podía imaginar. Además, este país siempre estará asociado a ser el lugar donde conocí a la que ahora es la persona con la que comparto y seguiré compartiendo mi vida, y que tantas alegrías me está haciendo vivir. Recordaré también siempre a las personas que habéis estado ahí conmigo, apoyándome desde el principio de mi periplo en estas tierras. Que sepáis que en Viena, o donde vayamos en el futuro, tenéis una casa y dos buenos amigos con los que contar.

Todavía me gustaría escribir una última entrada en clave de epílogo pero espero poder hacerlo ya desde mi próximo destino. Hasta entonces, un fuerte abrazo y muchos ánimos para afrontar estos momentos.




lunes, 8 de junio de 2020

La luz al final del túnel


Según hemos venido observando en la última semana, parece que las recientes medidas de confinamiento para frenar la pandemia del COVID-19 en Kuwait empiezan a obtener algunos frutos y poco a poco el país se vuelve a poner en marcha. Estamos en este momento en la segunda semana de la primera de las cinco fases que el gobierno kuwaití ha diseñado con el fin de regresar gradualmente a la normalidad. Cada una de estas fases tendrá una duración de tres semanas y estarán caracterizadas por una progresiva apertura de servicios y comercios, y la recuperación de actividades cotidianas. Llevará su tiempo finalizarlas todas pero, al menos, ya empieza a vislumbrarse cierto horizonte de esperanza.


En la fase actual han vuelto a funcionar todas aquellas actividades que ya lo hacían en las semanas anteriores al toque de queda total. Entre otras medidas, se han reabierto las cafeterías y restaurantes (aunque solo para entrega a domicilio y pedidos para llevar), gasolineras, hospitales y clínicas privadas, y continúan funcionando los supermercados, en los que se podrá comprar mediante cita previa cada 6 días, siguiendo el mismo sistema que llevamos usando desde hace un mes. Se sigue manteniendo un toque de queda, aunque solo de 6 de la tarde a 6 de la mañana.

Lo que más agradecemos de esta fase es que, aparte de poder ir de nuevo a supermercados con más variedad de productos, se puede pedir comida a domicilio. Para celebrarlo, esta pasada semana dimos buena cuenta de algunos platos del restaurante Freej Swaeleh, uno de nuestros preferidos. Son estos pequeños grandes momentos los que nos permiten mantener el ánimo alto a pesar de todo.



Por lo que respecta a las cifras de contagios, estos últimos días se han caracterizado por el repentino aumento de los recuperados, que ya sobrepasan los casos activos, que han bajado hasta el 36 % del total. En una semana este porcentaje se ha reducido más de 20 puntos percentuales, todo un logro. Eso no quita que no sigan apareciendo casos nuevos en gran medida, con subidas y bajadas que se van sucediendo a lo largo de los días. Mientras, la tasa de mortalidad se mantiene en torno al 0.8%.




Por supuesto que la mejora de los datos y el anuncio de la progresiva relajación de las medidas han mejorado nuestros ánimos. Ya estamos menos preocupados y más relajados, más si cabe teniendo en cuenta que la situación en nuestros respectivos países es estable y ya no tenemos ese miedo de que algo pueda pasarle a nuestros familiares y amigos allí. Pero, por otra parte, el hecho de saber que cada fase dura 3 semanas, ha hecho que, de repente, se haya instalado en nosotros cierto sentimiento de impaciencia combinado con algo de desgaste emocional por las ganas que tenemos ya de salir de Kuwait (las extremas temperaturas que tenemos ya tampoco ayudan). Ya no es tanto la pandemia en sí sino que ya sentimos que hemos completado nuestro ciclo aquí y toca irse. Pero, de momento, tenemos que esperar al menos hasta que vuelvan a abrir las agencias gubernamentales (a partir del 21 de junio) y a que, entonces, mi mujer consiga iniciar sus trámites para poder dejar su empresa y el país. Yo seguiré aquí con ella lo máximo posible, y seguramente me tocará viajar desde aquí a mi próximo destino de trabajo, en agosto, sin pasar por España. Es un poco frustrante cuando lo pienso pero, sabiendo las circunstancias, es la opción más adecuada que veo ahora mismo.

Un fuerte abrazo a todo el mundo y muchos ánimos estéis en la fase que os encontréis. Mantened siempre la esperanza y la mente serena. Ya sabéis dónde estamos por si necesitáis hablar o lo que sea.