lunes, 2 de octubre de 2017

De derecha a izquierda


Entre los alicientes que barajé a la hora de venir a Kuwait, uno de los que más sentido da a mi experiencia aquí y de los que más disfruto es el aprendizaje del árabe. Ya hace unos años investigué algunos vídeos en Youtube a ver si podía aprender al menos el alfabeto, pero enseguida lo abandoné. Ahora ya me he puesto en serio con esta lengua que espero algún día dominar y sumar a la lista. 












En estos días estoy quedando con Mohamed, un amigo local, dos veces por semana para un intercambio de idiomas, español-árabe. Aparte, cuando tengo un hueco, estudio por mi cuenta los materiales que me va pasando. También he empezado a usar una aplicación para el móvil llamada Medinah Arabic durante los viajes del apartamento al trabajo, y a veces veo algún programa del curso “Árabe fácil” en Youtube. Para complementar mi aprendizaje, intento practicar lo que puedo con el personal de la escuela, en especial, como no, con los profesores y profesoras del departamento de árabe. Aquí hay un señor muy amable que cada vez que me ve intenta motivarme y que me dio un libro que usan los alumnos de primaria. Viene genial para soltarse con el alfabeto, la verdad.
 

 
































De momento, por lo que estoy estudiando, lo veo más sencillo que el chino, aunque la gramática es mucho más complicada, a un nivel incluso más complejo que la española. El alfabeto, al principio puede marear, pero es cuestión de familiarizarse y practicar. Es una lengua muy fonética y es relativamente fácil asociar cada sonido a una letra determinada. En cuanto a la pronunciación, hay solo seis sonidos que nunca antes había visto en otra lengua y, salvo esta letra, ع,  las demás las puedo decir sin problema.
 
El alifato

 
























Vamos a ver lo que consigo avanzar. La cosa es que, a pesar de parecerme más fácil que el chino, las oportunidades de practicar el árabe no son tantas, ya que el idioma que más se usa en mi trabajo es el inglés. En la calle, casi todo está en árabe y en inglés, y la gente que trabaja en los comercios habla la lengua de Shakespeare sin problemas, por lo que no existe esa premura por aprender el idioma local como en China. Sea como sea, me mantengo constante en la que es una de mis principales metas a conseguir en esta nueva experiencia de vida.

  وَداعاً
(wada'an)

 

 

 

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