El
pasado jueves concluimos el curso académico 2018-19 en mi escuela después de un
par de semanas frenéticas que han coincidido con el Ramadán para más inri. Los
horarios han sido más reducidos con lo que no hemos tenido casi tiempo para
terminar lo que teníamos pendiente. Al final, por fortuna, no ha quedado nada
en el tintero, con lo que he empezado mis vacaciones muy relajado y satisfecho
por el que ha sido un año muy positivo, ya no solo a nivel laboral sino también
personal. Como se suele decir, un año redondo.
Desde
luego, como ya comenté a finales de agosto del año pasado, el cambio de trabajo ha sido clave esta temporada. No
solo ha supuesto un gran avance a nivel profesional y económico, sino que
también me ha permitido poder residir más cerca del lugar de trabajo, con lo
que mi calidad de vida ha sufrido una mejora considerable. He acabado muy
contento mi primer curso en la escuela. Como digo, he tenido muchas oportunidades
para seguir creciendo profesionalmente y ejercer mi labor como orientador con
el apoyo y los recursos que echaba de menos el curso pasado. Me ha dado tiempo
también a seguir formándome y acumular experiencias que seguro me servirán en
el futuro. Además, el ambiente de trabajo y la relación con mis compañeros ha
sido maravillosa hasta el final. Ha habido también momentos estresantes, como
no, pero en general mi valoración final es muy positiva.
Son cosas como esta las que dan sentido a lo que hago |
Este
curso, a decir verdad, no he explorado tanto Kuwait como en la anterior
temporada, a pesar de estar más cerca del centro. No
ha sido por falta de salidas, sino más bien porque Kuwait no da tampoco para
mucho más a la hora de hablar de puntos de interés. Esto no quita que mi
actitud este año hacia este país haya sido algo más positiva, ya sea por la
mejora de mis condiciones o por simplemente haberme habituado a cosas que antes
me fastidiaban más. Incluso las altas temperaturas, que empezamos a sufrir hace
ya unas tres semanas, me afectan menos y he acabado por tomármelo con calma. Al
final siempre encuentro más cosas por las que alegrarme que motivos para
quejarme.
Este
curso también he tenido la suerte de visitar dos países increíbles: Líbano y
Jordania. En ambos disfruté al máximo, especialmente el segundo, el primero que
hago con mi mujer. Fueron dos experiencias totalmente diferentes, pero igual de
placenteras. Os los recomiendo a los que estáis por el golfo y planeáis algún
viajecito en los próximos meses.
Pero
si tuviera que destacar algo realmente satisfactorio y que está haciendo de mi periodo
aquí uno de los mejores que he tenido nunca, sería el haber empezado a compartir
mi vida con una de las personas más maravillosas encima de la Tierra. Desde que
nos casamos, a finales de noviembre, y pudimos ya comenzar a vivir en el mismo
apartamento, mi mujer y yo hemos tenido tiempo para confirmar nuestras
expectativas y sentirnos afortunados de tenernos el uno al otro. Así
esperamos que siga siendo en años venideros.
He
estado a punto de insertar el título de esta última entrada del curso entre
signos de interrogación. Y es que de un tiempo a esta parte me vengo planteando si
merece la pena seguir escribiendo y publicando entradas. He podido darme cuenta
a lo largo del año de cómo han ido bajando las visitas y los comentarios, ya
sea aquí como en las redes sociales donde las publico. A veces tengo la impresión
de que estoy escribiendo solo para mí, como si fuera un diario. En parte se
entiende porque Kuwait no tiene el tirón que provocaba la India o China, por
ejemplo. Pero, aparte, veo que el fenómeno de los blogs se va apagando
gradualmente. La gente prefiere que todo esté resumido en una foto en Instagram
o en Facebook, un hilo en Twitter o un vídeo en Youtube.
Aún
así, creo que seguiré escribiendo el curso que viene. ¿Acaso el objetivo
principal del blog no es otro que contarles a mis seres queridos cómo me va por
aquí? Si estas personas me siguen leyendo, ¿por qué parar ahora? Por otra
parte, así también voy adelantando contenidos para la segunda parte de “Con
estos ojos” 😊
Mientras
exista una sola persona que muestre interés por lo que escribo, aquí me
tendréis. Así que nada, nos seguimos leyendo (aunque sea solo en una dirección)
después de las vacaciones. Os deseo un feliz verano y, a los que seáis musulmanes,
un buen festival del Eid Al Fitr, que empieza mañana en Kuwait.