Según
hemos venido observando en la última semana, parece que las recientes medidas
de confinamiento para frenar la pandemia del COVID-19 en Kuwait empiezan a
obtener algunos frutos y poco a poco el país se vuelve a poner en marcha.
Estamos en este momento en la segunda semana de la primera de las cinco fases
que el gobierno kuwaití ha diseñado con el fin de regresar gradualmente a la
normalidad. Cada una de estas fases tendrá una duración de tres semanas y
estarán caracterizadas por una progresiva apertura de servicios y comercios, y
la recuperación de actividades cotidianas. Llevará su tiempo finalizarlas todas
pero, al menos, ya empieza a vislumbrarse cierto horizonte de esperanza.
En
la fase actual han vuelto a funcionar todas aquellas actividades que ya lo
hacían en las semanas anteriores al toque de queda total. Entre otras medidas,
se han reabierto las cafeterías y restaurantes (aunque solo para entrega a
domicilio y pedidos para llevar), gasolineras, hospitales y clínicas privadas,
y continúan funcionando los supermercados, en los que se podrá comprar mediante
cita previa cada 6 días, siguiendo el mismo sistema que llevamos usando desde
hace un mes. Se sigue manteniendo un toque de queda, aunque solo de 6 de la
tarde a 6 de la mañana.
Lo
que más agradecemos de esta fase es que, aparte de poder ir de nuevo a
supermercados con más variedad de productos, se puede pedir comida a domicilio.
Para celebrarlo, esta pasada semana dimos buena cuenta de algunos platos del
restaurante Freej Swaeleh, uno de nuestros preferidos. Son estos pequeños
grandes momentos los que nos permiten mantener el ánimo alto a pesar de todo.
Por
lo que respecta a las cifras de contagios, estos últimos días se han
caracterizado por el repentino aumento de los recuperados, que ya sobrepasan
los casos activos, que han bajado hasta el 36 % del total. En una semana este porcentaje se ha
reducido más de 20 puntos percentuales, todo un logro. Eso no quita que no sigan
apareciendo casos nuevos en gran medida, con subidas y bajadas que se van sucediendo a lo largo de los días.
Mientras, la tasa de mortalidad se mantiene en torno al 0.8%.
Por
supuesto que la mejora de los datos y el anuncio de la progresiva relajación de
las medidas han mejorado nuestros ánimos. Ya estamos menos preocupados y más relajados,
más si cabe teniendo en cuenta que la situación en nuestros respectivos países es
estable y ya no tenemos ese miedo de que algo pueda pasarle a nuestros
familiares y amigos allí. Pero, por otra parte, el hecho de saber que cada fase
dura 3 semanas, ha hecho que, de repente, se haya instalado en nosotros cierto
sentimiento de impaciencia combinado con algo de desgaste emocional por las
ganas que tenemos ya de salir de Kuwait (las extremas temperaturas que tenemos ya
tampoco ayudan). Ya no es tanto la pandemia en sí sino que ya sentimos que
hemos completado nuestro ciclo aquí y toca irse. Pero, de momento, tenemos que esperar
al menos hasta que vuelvan a abrir las agencias gubernamentales (a partir del
21 de junio) y a que, entonces, mi mujer consiga iniciar sus trámites para
poder dejar su empresa y el país. Yo seguiré aquí con ella lo máximo posible, y
seguramente me tocará viajar desde aquí a mi próximo destino de trabajo, en
agosto, sin pasar por España. Es un poco frustrante cuando lo pienso pero, sabiendo
las circunstancias, es la opción más adecuada que veo ahora mismo.
Un
fuerte abrazo a todo el mundo y muchos ánimos estéis en la fase que os
encontréis. Mantened siempre la esperanza y la mente serena. Ya sabéis dónde
estamos por si necesitáis hablar o lo que sea.