Mientras
que en Europa y otras zonas del mundo los ciudadanos se preparan para afrontar
una fase de desescalada de las medidas implementadas para detener la epidemia
del COVID-19, en Kuwait la situación parece estar todavía lejos de
estabilizarse. Desde principios de este mes, el número de casos nuevos se ha disparado
y han ido apareciendo los primeros fallecidos. No se sabe todavía si hemos
alcanzado el pico, las medidas restrictivas apenas se han modificado y los modelos
predictivos indican que todavía nos quedan semanas con el mismo panorama. Unas
circunstancias que preocupan, especialmente por la incertidumbre que conllevan.
A
día de hoy hay un total de 3288 casos de personas contagiadas por COVID-19 de
los cuales 2254 son casos activos (para que os hagáis una idea de cómo han cambiado
las cosas, el total de casos hace un mes era de 225). El número de recuperados
asciende ya a 1012 (también han aumentado en los últimos días) y las personas que
han perdido la vida son 22. Este cambio repentino en la evolución de la
pandemia en Kuwait puede explicarse quizás por el aumento de las pruebas
diagnósticas, y también por la aparición de brotes localizados en algunos
distritos, como Mahboula, Jleeb o Farwaniya, que llevan ya semanas cerrados a
cal y canto, y con un toque de queda que abarca toda la jornada.
¿Estaremos ante el aplanamiento de la curva? |
Como
digo, las medidas que se han ido implantando en el país desde finales de febrero casi no se
han modificado. El cambio más significativo ha sido la ampliación del toque de queda
(desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde). Debido a la celebración del
mes del Ramadán, se permite a los repartidores de comida a domicilio ejercer su
labor una vez atardece. La mayoría de los comercios siguen cerrados, los transportes
públicos (tanto taxis como autobuses) todavía no se han reiniciado, y las
oficinas gubernamentales no volverán a abrir hasta el final de mayo. Como
noticia positiva, hace dos semanas algunas compañías aéreas, como Qatar Aiways
o Jazeera, iniciaron vuelos diarios a diferentes destinos para aquellos
extranjeros que, como nosotros, queremos regresar a nuestros países de origen,
aunque los precios, de momento, son algo elevados en comparación a las tarifas
habituales.
Mientras, los tomates siguen creciendo |
Aquí
en casa nuestro estado de ánimo se mantiene generalmente positivo, aunque la
semana pasada, tras conocer que las oficinas del gobierno seguirían cerradas
hasta final de mayo (o quién sabe si más tiempo), me dio un pequeño bajón ya
que esto impacta directamente en nuestros planes futuros. En mi caso, podría salir
ya de aquí sin necesidad de pasar por trámites burocráticos, pero no es así para mi mujer, cuyo proceso de fin de contrato y salida del país está
sometido a diferentes pasos con al menos catorce firmas diferentes de por medio.
Esto hace que, en lugar de salir a final de mayo como planeábamos, tengamos que
quedarnos aquí hasta a saber cuándo. Mis temores vienen al pensar cómo todo
esto puede afectar al siguiente curso académico. Yo tendría que estar ya en
España en julio para preparar el papeleo para nuestro siguiente destino, en
Austria y, en este momento, no tengo ninguna garantía de cuándo regresaré. Por
su parte, ella debe volver antes a Tailandia para tramitar su visado desde
allí, y desconozco el tiempo que le puede llevar todo. De ahí esta angustia.
Pese
a todo, intentamos no agobiarnos y procuramos seguir adelante, manteniéndonos activos,
disfrutando de los pequeños momentos, y centrándonos en aquello que podamos
controlar. Y, por supuesto, agradeciendo y valorando nuestra situación actual.
Estamos sanos, con nuestras necesidades básicas más que cubiertas, y nuestras
respectivas familias también están bien. Pero lo que más nos levanta el ánimo
es pensar que estamos juntos, más unidos que nunca y apoyándonos el uno al otro
cuando las fuerzas flaquean. Por ello, mantenemos la esperanza y la energía, y
estamos convencidos de que saldremos reforzados de todo esto.
Autora de la foto: Silvia Gonzáles (@silviagh.fotografia.social en Instagram) |
Un abrazo
para todo el mundo y muchos ánimos estéis donde estéis. Nos alegramos de que en
Tailandia y en España la situación esté mejorando, y esperemos que pronto lo
haga también en el resto del mundo.
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