Son las seis de la tarde, el sol empieza a ponerse en Kuwait. De repente,
un sonido a través de un megáfono rompe el habitual silencio de mi barrio
en la zona de Al-Fintas. Se trata del cántico del muecín o almuédano, la
persona que desde la mezquita llama a los fieles para que acudan a rezar. Es lo
que se conoce en árabe como adhan y tiene lugar unas cinco veces al día,
entre el amanecer y la noche. Este momento forma parte de una serie de rasgos
relacionados con el Islam que ya empiezan a condicionar parte de mi vida diaria
en este país.
Kuwait, a pesar de estar considerado como uno de los países más tolerantes
y liberales del mundo islámico, no escapa de ciertas limitaciones y
restricciones procedentes de la Sharia, o código musulmán de conducta y moral, y que afectan a cualquier persona que resida aquí. Como ya comenté en la
entrada sobre el equipaje, está penalizado el consumo y la venta de bebidas
alcohólicas. Tampoco se pueden comer productos derivados del cerdo. La
pornografía y cualquier otro material considerado obsceno también están
prohibidos. Todo esto es algo que ya conocía antes de venir, pero día a día voy
descubriendo otras curiosas leyes. Por ejemplo, hace poco también me enteré que
es ilegal que dos personas de diferente sexo habiten juntos si no están
casados. En relación con este tema, el otro día pasé por un cine a preguntar
qué películas ponían y me dijeron que ese era solo para parejas y familias. Por
lo visto, los hombres solos tienen sus propias salas, fíjate tú.
Surtido de vinos sin alcohol, para los que echen de menos un brindis |
Todas estas prohibiciones, a decir verdad, tampoco es que me estén causando
un trauma y no me impiden llevar una vida medianamente normal, más o menos
similar a la que he llevado siempre. Digamos que son circunstancias que están
ahí y que quizás pueden resultar estresantes para aquellas personas que no puedan
pasar sin su cañita de antes de almorzar o su bocadillo de chorizo al vino. A
mí lo que en realidad me cambia el ritmo de vida es el que el día festivo
semanal aquí sea el viernes. Supongo que es cuestión de habituarse, pero a día
de hoy se me hace muy extraño trabajar en domingo. Ahora bien, eso de afrontar
un jueves sabiendo que es último día de curro de la semana tiene su punto.
Supermercado, sección de alfombrillas para rezar |
Una de las cuestiones que inquietaban a algunas de las personas que me conocen
antes de mi partida, era el tema de cómo me iba a tratar la gente al saber que
no soy musulmán. Aquí no hay nada por lo que preocuparse, no he notado ningún
tipo de rechazo, presión ni mal gesto. Al contrario, por el momento todo el
mundo se está portando muy bien conmigo, me noto muy seguro cuando (con permiso
del calor) me doy algún paseo y no hay hostilidad por ningún lado. Si fuera
cristiano, aquí también tendría la posibilidad de ir a algunas iglesias.
Espero que mi testimonio personal en esta y futuras entradas ayude un poco
a desterrar algunos prejuicios y temores arraigados asociados a estos lugares.
No es desde luego un país en el que podría residir toda mi vida, pero tampoco
es que se esté tan mal. Si vivís o habéis vivido en algún país musulmán, espero
poder leer vuestros comentarios al respecto, ¿cómo os habéis sentido?
Me gusta mucho el blog, Paco. Supongo que para un hombre todo será más sencillo a la hora de adaptarse, pero una mujer allí estaría e condiciones muchi peores.
ResponderEliminarSeguiré atenta tu periplo. Un abrazo!
Me gusta mucho el blog, Paco. Supongo que para un hombre todo será más sencillo a la hora de adaptarse, pero una mujer allí estaría e condiciones muchi peores.
ResponderEliminarSeguiré atenta tu periplo. Un abrazo!
Totalmente Mayte. Este punto de vista es muy subjetivo, desde mi perspectiva como varón, supongo que una mujer lo percibirá de diferente manera. Aunque si te digo la verdad, con las mujeres extranjeras con lasque he hablado (colegas de trabajo), la mayoría están muy contentas de estar aquí y algunas llevan mucho tiempo por estas tierras.
EliminarQué bueno tener la visión de alguien que está allí y lo vive de primera mano. 😊
ResponderEliminarCon el primer párrafo, pensé "Qué bueno!". Ahora eres un puente entre culturas Paco. Puedo ver lo que describes, y me imagino todo tan diferente a China. Qué ganas de estar ahí!
ResponderEliminarMe quedo esperando el próximo post!!!
Mucho ánimo!!!
Fabiana! Qué alegría me da siempre leerte! Cierto, esto es otro mundo aunque hay ciertas reminiscencias a la etapa que viví en la India, salvando las distancias. Puede ser también porque la mayoría de personas con las que interactuo en la calle, en los negocios, en el autobús, sean de allí. Eso sí, todavía no he conocido a nadie de China, te lo puedes creer? :) Un abrazo!!
EliminarQué bueno tener la visión de alguien que está allí y lo vive de primera mano. 😊
ResponderEliminarEse es mi propósito, abrir un poco el debate, dando mi punto de vista como español aquí. Lo que pasa es que, por lo que he visto, esto no interesa, se ve como algo anecdótico o directamente se ignora.
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