El mes de marzo es, sin duda, uno de los mejores para disfrutar de las
actividades al aire libre aquí en Kuwait. Las temperaturas son muy agradables
desde la mañana hasta la noche y el sol es, por supuesto, una constante. Sin
embargo, hay ocasiones en las que, de repente, el cielo se vuelve naranja,
nubes de polvo se levantan, la oscuridad se cierne en la ciudad, y gotas de
agua marrón lo ponen todo perdido. Son las enormes tormentas de arena que, en
ocasiones, como el viernes pasado, se desencadenan en estas tierras, dejando
imágenes espectaculares.
Foto tomada a las 4 de la tarde |
El fenómeno de las tormentas de arena ocurre generalmente en zonas áridas,
como la Península Arábiga, y se suelen dar con más frecuencia en los meses de
verano. Se producen cuando existe un alto contraste térmico entre la superficie
del desierto y el aire de la atmósfera. Esto provoca un incremento en la fuerza
del viento, que impulsa la arena hacia arriba y la empuja hacia otras zonas,
pudiendo llegar a la ciudad.
Gracias, Esperanza, por la foto |
Las consecuencias de este tipo de tormentas os las podéis imaginar. Lo
primero y más peligroso es la disminución de la visibilidad, lo que puede
provocar serios problemas si se va en coche. Si te pilla en la calle, las
partículas de arena pueden afectar las vías respiratorias y los ojos. Al
terminar, se queda todo hecho unos zorros y los que se dedican a lavar coches
hacen su particular agosto al día siguiente.
De momento, desde que estoy aquí, solo he experimentado este fenómeno atmosférico tres veces y, por suerte, siempre me ha pillado a cubierto.
Desconozco hasta que punto este tipo de incidencias se pueden predecir, pero la
verdad es que a todo el mundo nos pilló de sorpresa ese día.
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