Ayer, como sabéis, tuvieron lugar miles de manifestaciones multitudinarias
por todo el mundo con motivo del día internacional de la mujer. Me alegró en
especial el éxito que tuvo en España donde, además de la huelga, se celebraron
numerosos actos de reivindicación en las calles. Incluso en mi ciudad, Córdoba,
donde últimamente venía percibiendo cierto aletargamiento de los movimientos
sociales. En cambio ayer el éxito fue brutal y nos dejó imágenes que de verdad
emocionan.
Por mucho que pueda llegar a sorprender, en algunos países del mundo islámico
también hubo protestas y proclamas por los derechos de la mujer, como en Irán o
en Turquia. Aquí en Kuwait, no hubo marchas pero me dijeron que a lo largo de
todo el mes se celebrarán eventos relacionados con este día, como conferencias
o conciertos (para la gente que esté por aquí, atención a la agenda cultural).
En comparación con otros países de religión musulmana, la situación de las
mujeres kuwaitíes es superior en materia de derechos y libertades y en los
últimos años se han realizado reformas para garantizar su participación en la
esfera política y social. A nivel laboral, la tasa de empleo femenino es la más
alta de los países del golfo Pérsico (en torno a un 53%), y están muy presentes
en campos como la arquitectura, el derecho o la medicina. También ocupan cargos
de alta responsabilidad en el sector empresarial privado, teniendo el derecho a
abrir su propio negocio, y se garantiza la baja por maternidad. Además, existen
organizaciones que defienden activamente los derechos de las mujeres, como la
Sociedad Cultural y Social de la Mujer, que contribuyó a que las mujeres
pudieran ejercer su derecho al voto (desde 2006), y Bayadar al Salam,
asociación feminista islámica.
Sin embargo, todavía hay puntos cruciales por mejorar como el tema de la
legislación ante la violencia doméstica, donde no existe una ley que la
penalice, y el acoso laboral. Otra cuestión sensible en la que se está
trabajando en las últimas semanas es la situación de las trabajadoras migrantes
(procedentes sobre todo del sudeste asiático), las cuales son en muchos casos
explotadas, sin apenas posibilidad de defensa legal. El Gobierno está
incrementando el control sobre las agencias y las empresas que contratan a
estas trabajadoras con el fin de garantizar su protección.
A lo largo de la historia de Kuwait, ha habido mujeres que han destacado y
que en la actualidad siguen dejado su impronta en diversos ámbitos. A nivel político, por ejemplo, está la figura de Nabeela Al Mulla, embajadora de Kuwait en Bélgica,
que fue también ministra de exteriores y representante del país en varios
organismos internacionales.
Otra mujer destacable es la química Fayza Al Khorafi, que fue la primera
mujer rectora en una universidad de Oriente Medio, entre 1993 y 2002. Hoy día
es la vicepresidenta de la Academia Mundial de las Ciencias.
Importante también es el papel de la escritora y columnista Laila Al Othman,
cuyos escritos tocan temas controvertidos para los sectores más conservadores
del Islam.
En el mundo de las artes, hay que resaltar a Sheikha Hussah Al Sabah,
directora y fundadora de Dar al Athar al Islamiyyah, una organización cultural
dirigida a la preservación y promoción del legado artístico kuwaití. Otra figura influyente en este aspecto es Sheikha Altaf Salem Al-Ali Al-Sabah, presidenta de la Sadu House, institución centrada en la protección de las manifestaciones culturales de las mujeres beduinas y su artesanía.
Mi esperanza está en que este 8 de marzo sea un paso más hacia la plena
equidad de género a nivel global. Con pequeños esfuerzos desde diferentes
campos se puede conseguir. Cada persona puede hacer lo posible desde su entorno
y contexto de influencia, concienciando, sensibilizando, cooperando…hay innumerables
ejemplos que ya hemos ido viendo en diferentes medios. Y, por favor, dejemos ya
de asociar esta causa a cierto partido político. Esto es algo que nos afecta a
todo el mundo, independientemente de su ideología. La lucha feminista es de
todos y todas, sus logros benefician al conjunto de la sociedad, no es una
estrategia para ganar votos ni para hacer propaganda, como vengo leyendo estos
días. Un poquito de reflexión no nos vendría nada mal.
Va por ellas.
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