Ayer, para
conmemorar el 12 de Octubre, la embajada española en Kuwait organizó una
recepción donde se congregó parte de la comunidad española en este país. Este año, al haber solicitado mi registro como residente, recibí la
invitación, así que me planté allí a ver lo que se cocía. Al principio me sentí
un poco descolocado porque no conocía a ninguno de los presentes y las personas
que había en la sala parecían ser, en su mayoría, parte del cuerpo diplomático de otras
embajadas. Pero al rato, conocí a un chico muy amable con el que ya había
hablado en su momento a través de un grupo de Facebook y que está aquí
estudiando árabe. También me encontré con otra chica con la que he coincidido
en un par de ocasiones. Al final la velada estuvo más entretenida de lo que me esperaba,
aunque me hubiera gustado haber podido acudir con mi pareja, a la que no invitaron
porque nuestra relación no está debidamente documentada (vamos, por
no estar casados). En cambio, hoy mismo iré con ella a un acto de su embajada
sin ningún tipo de pegas, es curioso.
No me quedé en la
fiesta el tiempo suficiente para investigar un poco más sobre qué tipo de
ocupaciones suelen tener los españoles y españolas que vienen a Kuwait a
trabajar. Basándome solo en lo que voy leyendo en redes sociales, me parece que
hay una gran parte de personas trabajando en el sector de la construcción e ingeniería.
También estoy viendo últimamente que hay cada vez más preparadores deportivos y
entrenadores de fútbol que vienen aquí a labrarse un porvenir. En cuanto al
campo de la educación, me da a mí que soy de los poquitos que se dedican a
ello. Creo que en mi escuela hay una chica que enseña español como segunda
lengua, pero en un campus diferente, todavía no hemos coincidido.
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Proyecto de la nueva terminal del aeropuerto de Kuwait, en cuyas obras también trabajan varios españoles (Fuente: www.airport-technology.com) |
Más allá de que
te inviten a eventos, registrarse en la embajada, aún no siendo obligatorio, es
necesario para realizar determinados trámites burocráticos (como por ejemplo,
casarse). También es un requisito primordial si se quiere votar desde el
extranjero. Aunque, después de las sucesivas frustraciones, elección tras
elección, por no poder votar debido al enrevesado proceso del voto rogado, este
año pasaré de intentarlo. Cuando estaba en China me quedé sin votar en cinco
elecciones diferentes porque las papeletas no llegaron a tiempo o lo hicieron
una vez que las elecciones habían concluido. Estando aquí en Kuwait, y sabiendo
como funciona el servicio de correos en esta zona, me parece que voy a tener
que volver a pedir que “adopten” mi voto para los próximos comicios en Andalucía,
mi comunidad autónoma. ¿Algún voluntario o voluntaria?
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Esto es lo que pasó con las elecciones del 2015 |
El tema del voto
rogado y las trabas que nos ponen a la gente que estamos fuera a la hora de
ejercer un derecho básico en democracia, es un granito más dentro del proceso de desapego y
desafección que vengo sintiendo por mi país desde hace ya unos años. Ojo, no
quiero que se me malinterprete. No se trata ni de rechazo ni de odio, para
nada, solo que me cuesta emocionarme ante ciertos símbolos cuando están siendo
apropiados cada vez más por personas cuyos valores no encajan en absoluto con
los míos. Por otra parte, creo que la identidad cultural y nacional se va
forjando en función de los países que uno va visitando y con la gente con la
que interactuamos, más que por lo que pone en un pasaporte. Es decir, puedo
sentirme español pero, al mismo tiempo, identificarme con ciertos rasgos y
valores de otros lugares, como la India, China, Lituania, etc., donde siempre
me he sentido bien acogido. Es lo que viene a ser una identidad multicultural,
que a veces a algunas personas les cuesta entender si nunca han vivido fuera de
su lugar de nacimiento.
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Eso sí, llevar esta camiseta (la del Córdoba, no del Betis) por el mundo me sigue emocionando |
Hay otros motivos
que me llevan a experimentar ciertos síntomas de desarraigo con respecto a
España. Uno de los principales es el haberme sentido, de momento, más valorado
a nivel laboral en el extranjero que en mi país. Ya comenté hace poco lo que me
pasó antes del verano, cuando intenté probar a enviar currículos en mi ciudad
para sondear cómo estaba el panorama, y no me respondieron de ningún sitio. No
importa los títulos que tenga, ni los idiomas que hable, ni mi experiencia de
trabajo en diferentes partes del mundo. Allí parece que funciona mejor el clientelismo,
el nepotismo y el haber estudiado en tal o cual sitio, a la hora de encontrar
un trabajo. Por supuesto que no se puede generalizar y que hay muchas personas
que se lo han currado a base de esfuerzo y méritos propios, faltaría más. Es
solo una percepción subjetiva basada en mi propia experiencia y que, por
desgracia, también influye en mi identidad.
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Mis currículos esperando a ser revisados |
Sé que me va a
caer algún que otro palo por esta entrada, pero necesitaba soltarlo. Lo siento
si a alguien le ha podido decepcionar mi aparente falta de españolismo, aunque siga sintiendo amor por mis raíces pero de otra manera menos
chauvinista quizás. Lo que quiero que veáis es que esto bien puede ser una
consecuencia más de haberme tirado fuera tanto tiempo, que llega un punto en el
que la identidad cultural se te va modificando y se convierte en una amalgama
de sentimientos difíciles de describir. Es como sentirse de todas partes y de
ninguna al mismo tiempo. Bueno, paro ya, que no quiero ponerme filosófico. Espero
que disfrutéis de un feliz 12 de Octubre, independientemente de cómo y dónde lo
celebréis. Muchas gracias a la embajada de España en Kuwait por la invitación y la organización del evento, y un fuerte abrazo a toda la comunidad española esparcida alrededor
del mundo. Para vosotros va esta entrada y, por supuesto, que no se me olvide….
…viva el Rey!