sábado, 31 de agosto de 2019

Feliz 1441



Seis y media de la mañana. Empieza a formarse un pequeño atasco en las inmediaciones del colegio, pocos minutos antes de que este abra sus puertas. Al rato, cientos de estudiantes, muchos de ellos de la mano de sus padres, arrastran sus mochilas de ruedas por los pasillos. Caras de curiosidad, expectación, ilusión, y algún que otro llanto entre los más pequeños. 

Ya está aquí el mes de septiembre y con él comienza otro año académico más, mi tercero ya en Kuwait. Quién iba a decir que estaría escribiendo esto hace dos años, cuando a las pocas semanas de llegar ya empezaba a pensar en largarme de este país. Las circunstancias y mi percepción de las mismas, por suerte, han mejorado. Por supuesto que todavía hay cosas que me fastidian (como el calor y la humedad de estos días, por ejemplo), pero ya puedo decir que la adaptación y el ajuste se completaron hace ya un tiempo, y ahora es momento de aprovechar lo bueno que también se puede encontrar por aquí.

Las puestas de sol me siguen pareciendo épicas

Este año, el final del mes de agosto coincide con el año nuevo islámico. Los musulmanes cuentan los años a partir de la Hégira, es decir, la migración que hizo el profeta Mahoma desde La Meca a Medina en el año 622 D.C. El año que entra hoy sería el 1441 según el calendario islámico. Sin embargo, si hacemos los cálculos y le restamos 622 años a 2019 nos sale 1397. El motivo es porque los musulmanes siguen un calendario lunar no como el gregoriano, el que seguimos en Occidente, que es solar. En el calendario lunar cada mes empieza ya acaba con cada ciclo de la luna, por tanto, cada mes puede tener entre 29 y 30 días.

Calendario musulmán (fuente: www.adelantosdigital.com)






















Tras preguntar a algunas personas en Kuwait sobre la manera en la que celebran el año nuevo, nadie me ha comentado nada parecido a una fiesta como la que entendemos en España y otros países. Este día tiene más bien unas connotaciones religiosas y de conmemoración de la figura de Mahoma y el recuerdo de la Hégira. Incluso para algunos musulmanes, como los chiitas, se trata de una fecha triste ya que también se recuerda el martirio del Imán Hussein, nieto del Profeta, a manos del califa Yazid.

Santuario del Imán Hussein, en Karbala, al sur de Irak (fuente: Getty Images)


















Sé que hay mucha gente a la que el final de las vacaciones le estresa e incluso le deprime, pero para mí es un momento muy especial que suelo recibir con muchas ganas. Es tiempo de reencuentros tras un largo verano. Llega la hora de empezar nuevos proyectos y de marcarse nuevas metas. Por mi parte, quiero seguir la misma buena línea del curso pasado a nivel laboral y continuar mi formación. En octubre empiezo otro máster, esta vez en dirección de centros educativos, con lo que va a hacer un curso más ajetreado de lo normal. Por otra parte, en dos meses y pico intentaré correr mi primera media maratón, uno de mis retos personales este año. Y, por supuesto, quiero continuar avanzando con el árabe y el tailandés, aunque sea a paso de tortuga.

























Y, como no, otro propósito para este curso es seguir escribiendo en este blog, el cual quisiera mantener, a pesar de que las visitas son cada vez menores. Espero que todavía quede por ahí alguien que siga mis aventuras y desventuras por estas tierras y quisiera acompañarme, aunque sea virtualmente, en este viaje.

¡Feliz comienzo de curso a todo el mundo!


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