El fin de semana pasado tuve la oportunidad de visitar
Dubai, quizás la ciudad más conocida de la zona del Golfo Pérsico, en Emiratos
Árabes Unidos. No fue un viaje de placer sino que me desplacé hasta allí para
asistir a una feria de empleo, en busca de un mejor puesto de trabajo para el
curso que viene. No tuve pues mucho tiempo para hacer turismo, pero me bastó un
par de paseos para darme cuenta de que este sitio muy poco tiene que
ver con lo que veo diariamente en Kuwait.
Lo primero que llama la atención es lo organizado que está todo a nivel de transporte público, con autobuses que se paran de verdad en las paradas y una buena red de metro y tranvía. Aparte, la gente que va en coche sigue las normas de tráfico e incluso detienen su vehículo en los pasos de cebra. Los viandantes, por su parte, solo
cruzan por donde hay semáforos, no como en Kuwait que ni siquiera existen (no
para peatones) como ya comenté en otra entrada. Además, da mucho gusto ver que hay
aceras por las que caminar. Hasta me pareció ver algún que otro carril bici.
Otro mundo en comparación con mi lugar de residencia.
También noté que es una ciudad mucho más cosmopolita que Kuwait City, y
muchos extranjeros de diferentes partes del mundo deciden establecerse aquí por
un tiempo largo. No es de extrañar dada la innumerable oferta de actividades de
ocio y eventos que se pueden encontrar en Dubai, donde es bastante fácil
socializar y es imposible aburrirse, por lo que me comentaron unos amigos
lituanos con los que quedé. Eso sí, a la hora de ahorrar, dicen que es mejor
Kuwait, donde los precios son en general más bajos y hay menos “tentaciones”
donde dejarse los cuartos.
De los dos días que estuve en Dubai, uno me lo pasé casi enteramente en la
feria de empleo, así que solo me dio tiempo a un pequeño paseo matinal el
sábado. Me planté en los alrededores del edificio más alto del mundo, el
icónico Burj Khalifa, de 820 metros de altura. Es el símbolo de la ciudad y se
puede divisar desde casi cualquier parte. Su interior alberga un hotel,
apartamentos de lujo y oficinas comerciales. Y justo al lado está el Dubai
Mall, considerado el mayor centro comercial del mundo, el culmen de la
exageración y la ostentosidad.
Pero si con algo me quedo de mi visita a Dubai es lo conseguido después de la
feria: una nueva oferta de trabajo, también en una escuela en Kuwait, pero con mejores condiciones que las que tengo ahora, que me permitirá seguir
creciendo profesionalmente y poder disfrutar mi vida aquí de una manera bastante
diferente. Además viviré en la zona de Salmiya (¡adiós Fintas!),
con todo a mano y cerca de la mayoría de personas por las que también merece la
pena quedarse aquí un tiempecito más. Ya iba siendo hora de celebrar algo así (aunque sea con zumo de uva).
Al final, viajaste a Dubai o a Kuwait? jajajaj felicidades por la experiencia
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